El Ensalle se instaló en Vigo, en la Calle Chile, hará diez años gracias a dos madrileños con ganas de montar su propio espacio fuera de la capital: Raquel Hernández y Pedro Fresneda. Ellos y dos personas más son el grupo de teatro Ensalle, este local alternativo donde cada fin de semana se pueden ver obras diferentes, de esas que no se estrenan en los grandes teatros pero que no tienen nada que envidiar a las grandes representaciones. Críticos por naturaleza, sin pelos en la lengua, Raquel y Pedro se sientan a charlar con nosotros sobre el teatro y sobre su compañía.
“Nosotros no pensamos que la cultura sea cualquier tipo de negocio sino que igual que la sanidad y la educación tiene que formar parte de una sociedad”
Contadme un poco cual es la historia del teatro “Ensalle”. Si no me equivoco empezasteis en Madrid…
Sí. La compañía nació en el 96 en Madrid. Después de unos años de andanza surgió la idea de tener nuestro propio espacio, por un lado porque es tu lugar de trabajo y por el otro porque puedes programar lo que a ti realmente te interesa. Madrid, evidentemente, está muy masificado en proyectos y no nos parecía que fuese el lugar adecuado. Además, ya teníamos la intención de salir de la ciudad después de 30 años allí. En ese entonces lo único que sabíamos era que queríamos mar e ir al norte con lo cual sondeamos algunas ciudades más como Santander, por ejemplo. Cuando llegamos a Vigo, en 2003, dimos con este local, que era tan solo un espacio con dos filas de columnas y… arrancamos.
¿Con qué objetivo nació el Ensalle?
Nosotros lo que queríamos era abrir un espacio de programación contemporánea que hasta el momento no existía en Vigo. Este proyecto ha ido en una línea ascendente, teníamos unos objetivos muy claros y hemos intentado llevarlos a cabo y la verdad es que después de 10 años sí que se están cumpliendo
¿Y la acogida por parte del público?
La acogida fue muy buena. Tened en cuenta que para este tipo de locales tener 40 o 50 espectadores significa que ha sido un buen día y tener alrededor de 20 es la media. En este sentido Vigo siempre ha respondido muy bien. Tenemos ya un público fijo y además tenemos una asociación de espectadores de, actualmente, 42 personas que hacen que la base sea bastante sólida.
Además, la interacción que tendréis con ellos será muy cercana…
¡Es mucha y muy doméstica! (risas). Es que al ser un espacio pequeño y además somos cuatro personas es todo como muy inmediato. Eres tú el que les vendes las entradas, cuando acaba la función el público se puede quedar a tomar algo, sale la compañía que haya hecho la actuación y se puede hablar con ella…es una interacción muy cotidiana, muy próxima.
¿Este tipo de proyectos… son viables?
Nosotros no pensamos que la cultura sea cualquier tipo de negocio sino que igual que la sanidad y la educación tiene que formar parte de una sociedad. ¿Es viable en el sentido que nosotros hemos sido capaces de mantenernos durante 10 años? Sí, pero los recursos los tienes que gestionar tú como buenamente puedas: Por un lado, la propia compañía hace su producción e intenta estar en diferentes lugares para tener una retribución económica y por otro las ayudas económicas que puedas tener.
¿Os veis otros 10 años en el candelero?
Tuvimos dos años que fueron muy duros pero la realidad es que fueron duros para todos y tenemos que decir que este año hemos vuelto a ver que la cosa va hacia arriba. De momento seguimos, lo que ocurre es que ahora los plazos son más cortos porque no se sabe a ciencia cierta cómo van a gestionar los políticos que tenemos los recursos…
Con el gasto público más pensado en el ladrillo que en la cultura imagina todo lo que podríamos hacer en proyectos a cuatro años en los espacios dependientes del Estado… ¡Sería brutal! Así que la queja no es tanto “no puedo subsistir” como “es que nosotros convertimos un euro en cuatro siempre y parece que lo público convierte cuatro euros en uno”
Por poner un ejemplo, el auditorio que han abierto en la ciudad, gasta en un mes lo que nosotros en un año con la diferencia de que de ahí no sale nada tangible y aquí, en el Ensalle, hay casi 100 días de programación al año más actividades más una compañía que se mueve por España, por México, por Argentina…
Por último… si tuvieseis que elegir una obra de teatro entre todas las que existen con la que “El Ensalle” se identifique ¿Cuál sería y porqué?
Sería “El Mapa” del grupo “Cambaleo” y escrita por Carlos Carrió. Hay millones de motivos, muchos de ellos son afectivos pero nos sentimos identificados sobre todo por la ética y por cómo está hecha: es sencilla, con una calidad brutal y unos actores bestiales.
Ellos tienen una sala en Aranjuez llamada “La Nave de Cambaleo” y justo ayer estaba repasando el discurso que escribimos el año pasado (por el X aniversario de “El Ensalle”) explicando por qué, aunque no tuviésemos un duro, siempre íbamos a “La Nave”. Ir allí es estar como en casa, donde se guarda la ética con mucho mimo y donde no se hacen cosas mercantiles…es exactamente lo que siempre debió ser un teatro.
www.teatroensalle.com · facebook.com/ensalle
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