Disciplina: Fotografía.
CAMPOS DE AZÚCAR
Al transitar por las carreteras secundarias de esa estrecha franja de tierra que separa el océano de los Andes peruanos descubres paisajes insólitos para ojos de un europeo. Entre el árido paisaje de colores ocres emergen frecuentemente grandes extensiones que en muchas ocasiones corresponden a verdes plantaciones de caña de azúcar. Entre su trazado laberíntico de sendas y caminejos, de vez en cuando asoma algún animal, ser humano o vehículo mecánico que sirve de referencia para poner en evidencia la escala de estos piélagos vegetales.
La agricultura ha sido la actividad económica tradicional del Perú prehispánico, donde se cultivó de forma intensa. Los valles aluviales emplazados en los ríos de la vertiente del Pacífico convirtieron a la costa, y sus tierras convenientemente irrigadas en tierras de alta productividad. La caña requiere de abundante agua, y fueron los españoles quienes aprovecharon las circunstancias e introdujeron esta planta en sudamérica convirtiendo a Perú en uno de los grandes productores de azúcar del mundo.
Tradicionalmente la caña se cosecha a mano a base de personas con machete o rulas que cortan los tallos (generalmente después de quemada la planta para hacer más eficiente la labor) y los organizan en chorras para su transporte. El gran desarrollo experimentado en sector azucarero en estos tiempos esta directamente relacionado con la inversión realizada por el sector privado, que ha comprado (e incluso se ha apropiado) de las tierra e ingenios de antiguas cooperativas y ex–haciendas. El azúcar, un cultivo con un largo historial de destrucción ambiental y cultural, y de cruda explotación humana, bien podría ser el próximo promotor de un auge al estilo de la soja, sobre todo porque en el campo ya hay nuevos cultivos de azúcar transgénica.