Planetary. Un meta-cómic hipertextual.

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Planetary es un cómic del genial guionista Warren Ellis y del ilustrador John Cassaday. Trata sobre un grupo de tres personajes: el Sr.Snow, Jakita Wagner y The Drummer, cuya misión al mando de una corporación secreta llamada Planetary consiste en «salvaguardar el misterio del mundo». Se trata de una aventura de ciencia-ficción donde los protagonistas y su corporación tratan de salvar el mundo (mapeándolo) en una lucha fatal contra los misteriosos «cuatro». Pero lo curioso de este cómic radica en que es una inmensa fábrica de reciclaje de personajes, arquetipos e historias del mundo «friki», principalmente de la serie B, los cómics de superhéroes, las novelas y revistas pulp y las películas de ciencia-ficción. Así, evitando de paso pagar derechos de autor, asistiremos en estas páginas a un carrousel de personajes emblemáticos, ligeramente modificados, que harán sonreir a más de un frikazo; desde Drácula hasta James Bond, pasando por Superman o los Fantastic Four.

La habilidad de Ellis consiste en revestir a todos estos personajes típicos de la cultura de masas del siglo XIX y XX de una mayor madurez, como ya hiciera Alan Moore con los superhéroes en Watchmen. Siguiendo la estela del maestro Moore, Ellis logra actualizar los mitos modernos que, liberados de la inocencia de sus orígenes, alcanzan así un nuevo horizonte epocal, acorde a los tiempos posmodernos del pastiche, el hipermedia y la hipertextualidad. Estos tres últimos términos, que vienen a definir en buena parte la cultura posmoderna, requieren de un mayor detenimiento, especialmente a la luz de la obra de Ellis (con esto me refiero también a otras de sus grandes obras como The Authority, donde re-diseña la Justice League of America, con unos Batman y Superman gays y felizmente casados).

Planetary como obra Hipertextual

Cada página de este cómic es una referencia a miles de universos, de constelaciones paralelas, historias arquetípicas, que conviven en un mismo universo caótico, infinito y complejo. Si rastreamos la figura del «alien» o «semi-dios» que viene a la Tierra a defendernos de cosas aún peores que él mismo, podemos retrotraernos de Superman hasta Heracles. Así, Planetary es un cómic de vocación hipertextual, en tanto y cuanto su lectura nos deriva en régimen de igualdad hacia otros miles de textos. Por otro lado, se trata de una obra Hipermedia, puesto que sus referencias rebasan con creces el mismo formato cómic. Así, cuando leemos Planetary estamos en realidad revisitando películas como Godzilla, cómics clásicos como Tarzán, imágenes pop, leyendas del Western o tópicos difusos que apenas ya distinguimos entre el miasma de la cultura de masas. Un cómic hecho de cómics, películas, novelas, revistas, y cuentos populares, que invita continuamente al juego de «descubre quien es».

Lo Hipermedia e Hipertextual es uno de los paradigmas de la cultura de masas actual. Es reconfortante encontrarse con obras tan inteligentes como Planetary en un mundo acosado por las películas de Marvel o los últimos devaneos anti-canónicos de Star Wars (ambos universos pertenecen ahora a Disney…¿puede ser Disney el nuevo modo de creación de hiper-productos? Ya no productos cerrados, acabados, sino universos-producto, infinitos, en continua referencia entre sí, en una versión cósmica y megalómana del cross-over). Traigo a colación estos últimos a raíz de su propósito de formar un universo hipertextual en sí mismo. Como ya sabeis, cada película de Marvel ocurre en el mismo universo que las demás, y frecuentemente hay «cruzamientos» y nexos que conectan cada película con la siguiente. Obviamente, esto se extiende a videojuegos, cómics, series de televisión (como el caso de Jessica Jones). Este es sin duda el nuevo modelo de universo hipermedia e hipertextual en el que se inscriben ahora nuestros queridos superhéroes, modelo ensayado ya durante muchos años en el formato de los cómics. Sin embargo, lejos de enriquecerse, estos productos suelen ser banalizados en cuanto se destinan a una masa de consumidores indiferenciados que responden a una serie de estímulos narrativos y visuales muy básicos. Es ese «espectador» promedio que quiere Hollywood, en ese afán de convertirnos en absolutos imbéciles.

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Volviendo a Planetary:  Esta gran obra nos ofrece un juego que, en sucesivas lecturas, aflora cada vez más rico. Es un universo abierto que nos llevará a buscar incansablemente en la Wikipedia quién diablos es Doc Savage, o a profundizar en la historia de los cómics, de las revistas pulp o de la ficción televisiva más «de culto». La misión de los tres protagonistas de esta meta-historia consiste en «mapear» el siglo XX a través de una arqueología de sus misterios, su «Historia secreta».  La misión que ellos realizan de forma intradiegética en la historia es la que en la realidad lleva a cabo el propio cómic. Es decir, un texto que irremisiblemente nos lleva a otros textos (entiéndase texto de forma amplia), sin agotarse nunca en sí mismo, realizando así un mapa arqueológico de las historias que cruzan hoy en día el mundo de referencias que habitamos y al que pocas ficciones pueden sustraerse, a tenor de los mass-media. Planetary es, por tanto, un mapa, un auténtico panóptico multimedia de la cultura del siglo XX a través de la cultura popular.

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Una reseña sobre Planetary:

PLANETARY: Arqueólogos de lo imposible

Guillermo Rodríguez Alonso

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Estudios Comparados por la UPF y Doctorando en Filosofía Contemporánea por la USC. Natural de Vigo y residente en Val Miñor.

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