La pintora Gemma Marqués y el maestro cantero Daniel Alonso decidieron, hace cuatro años, rehabilitar una preciosa casa en A Guarda para convertirla en un espacio en el que vivir… y trabajar. Se trata de las llamadas “casa-taller” que a pesar de que en España aún no está muy extendida su práctica es una tradición que viene de lejos. En esta entrevista Gemma y Dani nos cuentan la historia que hay detrás de las “casa-taller” y en concreto, qué nos podemos encontrar en la suya.
“Rembrandt tenía una Casa taller en Ámsterdam hace 500 años”
La casa taller es a la vez un taller donde trabajáis, una casa donde vivís y un local donde encontrarse para hacer diferentes actividades como dar paseos en bici, disfrutar de una exposición o asistir a un ciclo de cine… ¿Cómo surgió la idea de juntar todo en un mismo sitio?
Surgió de la casa en sí, al rehabilitarla nos dimos cuenta de que teníamos suficiente espacio para vivir y trabajar, habilitamos las estancias para que se adaptaran a diferentes actividades, intentamos aprovechar los espacios, la azotea es perfecta para el cine de verano y pequeños conciertos al aire libre, la entrada para hacer exposiciones, el salón para charlar o ensayar, Dani tiene una banda de dos, “The Loopholes”, y los talleres se usan a veces para hacer alguna fiesta.
Habladnos un poco de vuestro trabajo… ¿A qué os dedicáis?
Gemma se dedica a la pintura principalmente, hace retratos al óleo por encargo y también obra personal, trata de captar la esencia de objetos antiguos, usados, con vida… También lleva las webs y gestiona las exposiciones y eventos de La Casa Taller. Dani es más polifacético, hace escultura en piedra y tiene una serie de objetos seriados en Mármol, está estudiando diseño, toca en su banda, organiza los eventos… somos un equipo!
¿Cómo os influye, en vuestro trabajo, tener todos los espacios de vuestra vida (la personal, el trabajo, el ocio…) en un mismo sitio?
Todo se interrelaciona, las obras están repartidas por la casa, los talleres se usan para todo, se crea en todos los lugares, no separamos el “trabajo“ de la vida diaria. Nos gusta lo que hacemos y no tenemos esa necesidad de desconectar.
La Casa Taller, si no me equivoco, lleva cuatro años funcionando y ¡cuatro años dan para mucho! ¿Cómo ha ido evolucionando este espacio?
Ha pasado de todo, desde exposiciones, hasta fiestas de cumpleaños, guateques… al principio era todo más familiar, para los amigos, pero poco a poco se ha ido sumando gente, aportando ideas y dándole vida al espacio. Cada vez vienen más personas a La Casa Taller, a conocernos, a ver lo que se cuece. Hemos hecho conciertos en la azotea y ciclos de cine en Súper 8 al lado de la huerta ecológica, debates en la terraza, salidas en bici…
Además, tengo entendido que esta idea de una casa-taller también se hizo en otras partes de España con un gran éxito…
Es una idea que tiene mucho tiempo en otros países, Rembrandt tenía una Casa taller en Ámsterdam hace 500 años, por ejemplo, donde recibía a sus clientes, les enseñaba su casa, su taller… en España están surgiendo ideas parecidas. Se trata de acercar el proceso creativo a la gente, que vean cómo vives, dónde trabajas, qué te influye, que las cosas no suceden por arte de magia, que hay un trabajo detrás y que se puede ver, que no es un misterio, acabar con la frialdad de las galerías, conocer la artista hace que comprendas mejor su obra.
Para los visitantes, este local puede impresionar, gustar, inspirar… ¿Qué os han dicho desde que se creó hasta ahora?
De todo, a la mayoría le sorprende un sitio así, con todo abierto y a la vista, les parece muy acogedor y especial, está todo a nuestro estilo, los muebles son eclécticos, reciclados, hay mucho color y los objetos conviven en una extraña harmonía. Pero sobre todo, lo mejor es que la gente se siente a gusto aquí, en especial en la terraza cuando hace buen tiempo, es una gozada comer o tomar algo al lado del mar, con la brisa y un mojito, la vida se ve de otro color!
A todas horas se nos dice lo mal que estamos, la crisis, el poco trabajo que hay, que tal vez tenemos que emigrar, que en España no hay oportunidades… ¿Qué pensáis vosotros, que habéis apostado por transformar una casa de pescadores en A Guarda en un espacio para vivir y trabajar?
Que hay que buscarse la vida y nosotros apostamos por lo de aquí, por dinamizar la vida cultural del pueblo, tener una vida tranquila y mucha calidad de vida.
Para los que se hayan quedado con ganas…contadnos qué actividades tendrán lugar en breves y poder anotarlo en la agenda.
Tenemos pensado hacer un festival de microcine para este invierno (películas de gran calidad pero hechas con pocos medios), además de exposiciones, charlas, otra exposición Japónica (con artistas gallegos y japoneses) la segunda Tweed Ride para Abril (paseo en bicicleta clásica vestidos de época), cine de terraza como siempre en cuanto venga la primavera, conciertos, algún paseo nocturno… un poco lo de siempre y algunas cosas nuevas a las que estáis todos invitados a participar!
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