DEICA AUDIOVISUAL nace en Galicia en el año 2011 de la inquietud por compartir los medios y conocimientos de un grupo de recién titulados técnicos superiores en producción e imagen, buscando desde sus inicios innovar y darse a conocer.
Como grupo realizan todo tipo de proyectos audiovisuales y cinematográficos, como por ejemplo videoclips, spots televisivos, videos corporativos, espectáculos o eventos sociales de todo tipo.
A finales de 2012, este grupo de jóvenes, Paulo Bouzas, Pio Cribeiro y Pablo Kaufmann, se sumergen de lleno en «El triste olor de la carne» de la mano de Cristóbal Arteaga, su director y guionista, contando con las espectaculares dotes interpretativas de Alfredo Rodríguez, su protagonista.
¿Cuáles fueron sus antecedentes?
La específica crisis económica de 2008-2012 derivada en buena medida de la burbuja y posterior crisis inmobiliaria ha acentuado dramáticamente el número de ejecuciones hipotecarias -desahucios-. Según cifras de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se han producido 400.000 desahucios desde los primeros momentos de la crisis -año 2007-. La burbuja inmobiliaria – sobretasación de los bienes inmuebles y concesión indiscriminada de créditos hipotecarios- junto con el incremento del paro en hasta cifras del 25%, los recortes en el desempleo y las ayudas sociales han dejado a amplios sectores de la población excluidos de los circuitos económicos privados o públicos.
La específica crisis económica de 2008-2012 derivada en buena medida de la burbuja y posterior crisis inmobiliaria ha acentuado dramáticamente el número de ejecuciones hipotecarias -desahucios-. Según cifras de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se han producido 400.000 desahucios desde los primeros momentos de la crisis -año 2007-. La burbuja inmobiliaria – sobretasación de los bienes inmuebles y concesión indiscriminada de créditos hipotecarios- junto con el incremento del paro en hasta cifras del 25%, los recortes en el desempleo y las ayudas sociales han dejado a amplios sectores de la población excluidos de los circuitos económicos privados o públicos.
Los responsables directos son las entidades bancarias y cajas de ahorro -quienes ejecutan los desahucios- y los responsables políticos son los últimos gobiernos -del PSOE y de PP- que habrían permitido la creación de la burbuja inmobiliaria como la práctica de lo que denomina genocidio financiero ejecutado por entidades bancarias rescatadas por los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y de Mariano Rajoy Brey (PP) con fondos extraídos de las arcas del Estado y por tanto pagados por todos los ciudadanos.
Sólo en el 2012, se han producido cinco suicidios (que han aparecido en los medios). Este ha sido un detonante, junto con las constantes protestas de diferentas asociaciones ciudadanas (Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Stop Desahucios -plataforma integrada en la anterior, Movimiento 15M), la publicación del dictamen del Tribunal de Justicia Europea que señala la ilegalidad de la ley de desahucios en el estado español y las numerosas quejas de miembros y asociaciones de juristas.
Jueves 30 de Enero, como todas las mañanas, Alfredo Barrera se sube a su coche y lleva a su hija al colegio. Aunque hoy es diferente. Alfredo cambiará su itinerario por primera vez en años. Porque hoy nada es lo que parece. Porque nadie sospecha que en noventa minutos más van a desahuciar a Alfredo. Aunque tampoco saben que Alfredo tiene un plan.
El Triste Olor de la Carne es un película que está desarrollada desde un punto de vista realista, casi documental, que pretende transmitir de manera cercana y poco estilizada, la situación que estamos viviendo. Una cámara al hombro sigue durante noventa minutos la rutina de Alfredo Barrera, un tipo que está a punto de explotar, a punto de perderlo todo. Es así como lo acompañamos sin concesiones, capturando cada detalle, cada respiración, cada gesto, cada paso. Una cámara que se mueve siempre a la misma distancia, cercana, que evita hacer juicios de valor, sólo se queda ahí, como un testigo silencioso, un ojo que podría ser el ojo del espectador, de un espectador que intenta descifrar qué pasa por la cabeza del protagonista.
El sonido también es realista, escuchamos lo que escucha la cámara. La idea es obtener un sonido «imperfecto» donde se ocultan frases y palabras, dependiendo del entorno, un sonido que suena a la vida, ajeno a concesiones estéticas.
El Triste Olor de la Carne es una vuelta a la contemplación brutal de la naturaleza, es un paisaje urbano donde el espectador puede posar su mirada intentando descifrar lo que no está a la vista, intentando comprender la naturaleza humana.