Hace alrededor de 70 años en algún lugar de Norteamérica, una pequeña cuidad de un pequeño estado se ganaba a pulso el término de “Ciudad de la Música”. Esa ciudad era Nashville, y aunque en un primer momento el sonido que primaba y recorría su geografía se conseguía a golpe de tacón de bota campera e instrumentos de cuerda, con el paso de los años nuevos géneros y subgéneros proliferaban y se asentaban en aquella especie de gallina de los huevos de oro en la que Nashville se había convertido para algunos sellos discográficos. Hablamos del country. Sin embargo, no todo era country en Nashville. El rock y el folk también compartían parte de ese protagonismo sonoro, apostando firmemente por un formato acústico, íntimo y reflexivo, y aunque sus orígenes eran bien distintos, La Ciudad de la Música asumió sin rechistar esta nueva tutela musical.
Por aquel entonces, ese lugar no solo era el escenario de Amércia, Nashville había desencadenado todo un movimiento musical, social y cultural, con unas influencias que se extenderían por lo largo y ancho del planeta, proporcionando una inagotable fuente de inspiración para bandas posteriores.
The Loopholes es un dueto que no solo ha sabido captar la esencia de esa época, sino que parece haberse escapado de ella.
Con sonidos añejos y unos ritmos suaves y acústicos del folk- rock más tradicional, sin distorsiones ni excesivos adornos, The Loopholes actúan como una máquina del tiempo para todo aquel espectador que se detiene frente a ellos. Un viaje a un pasado no tan lejano que abre sus puertas de par en par en el momento en el que comienzan a sonar los primeros acordes. Pero a decir verdad, no es solo su música la que ayuda a conseguir esa regresión espacio-temporal: su vestimenta y la puesta en escena son también dos elementos clave para obtener ese resultado. Recorren bares, plazas, calles y salas de conciertos con un espectáculo que emula los medicine show de antaño. Como si de dos antiguos músicos y vendedores de carretera se tratase, The Loopholes ofrecen sus elixires medicinales y productos milagrosos allá por donde van como forma de reivindicación de la cultura popular.
Apenas llevan un año trabajando juntos, pero les augura un futuro prometedor. Con un recién estrenado disco de debut en vinilo, este dúo mitad guardés, mitad británico ha ido forjando su marca personal y un estilo musical al que han decidido acuñar “Folk- Rock del delta del Miño”, lugar en el que ambos residen.
Por Fátima Polo Delgado
una maravilla! fuimos a verlos en su concierto en Vigo y nos han encantado, todo un descubrimiento gracias a Croa!!