La luz el atardecer pinta un cielo de un rojo intenso. Casualmente, junto al negro, uno de los colores fetiches del pintor Franck Sastre (Perigueux Francia 1966). Dos cafés en una mesa y una conversación que puede durar horas. La pintura al contrario de la fotografía, es una de las artes que se parte de una hoja en blanco. Llenarlo de emociones, de esos pequeños momentos que nos generan en nuestra vida diaria, y trasmitirlos al papel, es el mayor placer que le produce a este gran artista. Recuerda su aproximación a la pintura, como una de las pasiones desde que tiene uso de razón. Como me cuenta, era de los que prefería quedarse en casa dibujando o coloreando e imaginarse infinidad de cosas, antes que cumplir el ritual de las costumbres de partidos de fútbol entre amigos. Era su manera de expresarse, quizás por su timidez inicial. Cuando tuvo claro que su verdadera pasión era la pintura, fue cogiendo conocimientos con los estudios de arte, la técnica y la destreza, que provocan a día de hoy, que se haya convertido en unos de los pintores más interesantes del panorama actual.
Los cafés dejan paso al Porto Graham´s de 10 años. La suavidad del vino, profundiza los recuerdos de la infancia. Joe Henderson, inicia los primeros acordes de Felicidade, del álbum Double Raimbow, en las cajas de sonido del Café donde nos encontramos.
La conversación fluye ahora por los pintores que fueron llenando su infancia creativa. Salvador Dalí, por su imaginación y transgresión. De Picasso a Basquiat. Pero quizá de todos, los que realmente le influyeron en su espíritu creativo fueron Kandisky oToulouse Lautrec. Todos artistas que tuvieron un estilo propio fácilmente reconocible y que les definen como “Artistas en sus Obras”. Una premisa que él concibe en el Arte.
Esa necesidad pasional, esa necesidad para saciarse de arte y creación, la tiene pintando. Una adicción que le provoca que cuando termina un trabajo ya está enseguida pensando en lo nuevo que va a hacer.
No tiene preferencia en cuanto al medio de expresión. Dibujo, oleo, acrílico. Me repite que cuando está pintando se encuentra tan entregado a la obra, que apenas tiene tiempo para nada más.
Visualiza una idea, su mente trabaja a mil, hasta que tiene claro su objetivo. Primeros trazos en papel, primeros garabatos y la obra va surgiendo en el lienzo, a medida que la mente le abre las puertas de la idea y los colores van plasmando el objetivo final. Ese fin que busca generar esa emoción, esa reflexión que provocan sus obras, tanto en el espectador que la ve por primera vez, como el que conoce su trabajo y va deseando descubrir el siguiente. Dice que no se proyecta en su obra. Yo veo que en alguna ocasión surge algún pensamiento: la igualdad, el respecto…
La conversación va llegando a su fin, Joe Henderson, apura las últimas notas del tema NO MORE BLUES, quizá una música adecuada para un final de conversación. El que observa por primera vez sus obras, verá una vitalidad radiante, colores vivos, y un profundo conocimiento de la vida, que plasma con elegante trazo en cada una de sus pinturas. Busca el azar de su pensamiento, ese pequeño instante que seguramente irá ligado a un minuto de su vida sin querer buscarlo… pinturas que huelen a Vida, a Color, al amor…
Noche cerrada, las luces se apagan, la música suspira la última nota, fin de la conversación. EL NEGRO pinta la noche estrellada…
FRANCK SASTRE, EL AROMA DEL COLOR…
Conversación entre Franck Sastre y José Moldes.
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