Este mes hemos tenido el placer de hablar en profundidad con Miguel Vázquez, profesional de la cerámica, miembro de la academia internacional de cerámica, quien nos abrió de par en par las puertas de su casa, también taller para contarnos todos los entresijos de esta disciplina, como el nos cuenta, tan periférica.
Comencemos por el principio, ¿Qué es la cerámica? Mucha gente pensará que se limita a dar forma a un material, pero, hay mucho más, conocer los distintos materiales, los tiempos de cocción, las reacciones químicas de los esmaltes… Nadie mejor que un profesional como tú para iluminarnos… ¿Cómo definirías la cerámica?
La cerámica es un material con una capacidad de reinvención muy grande, se trata de un material antiguo, neolítico… algunos hablan de paleolítico, que llega a nuestros días como un material sumamente novedoso. Por otro lado es un material mágico, dócil, que retiene tu gesto, tu momento. Y eso… no es por romper una lanza en pro de la cerámica, pero yo no he encontrado muchos materiales que lo tengan.
¿Notas este desconocimiento en la gente que comienza a estudiar cerámica? ¿Se acaban sorprendiendo al conocer todos los entresijos de esta técnica?
Noto una sorpresa. Lo normal es tener una idea un tanto equivocada en cuanto a que no conocen esa posibilidad de manipulación. También hablan de “la arcilla” y descubren que son “las arcillas” ya que hay muchos materiales. A nivel de cubiertas, la gente desconoce todo un mundo indirecto que necesita pasar por el horno para poder formarse.
La cerámica es un material que nos acompaña día a día, desayunamos en un cantarillo de cerámica, nos duchamos en un contenedor cerámico… pero normalmente no logramos ver esa relación, tal vez porque es un material humilde, silencioso, incluso dentro de la cerámica artística no es un material excesivamente aceptado. A mi me gusta la calificación de material periférico, ya que se trata de un material que apenas sufre presión mediática.
Siguiendo en el tema de la enseñanza, tú das clase a gente de edades muy variadas. ¿Crees que es cierta esa idea sobre la pérdida de la creatividad? ¿Percibes diferencias a la hora de crear entre jóvenes y no tan jóvenes?
Yo nunca he creído en la pérdida de la creatividad. Yo creo que lo que cada uno debe recuperar es su propio interés, más allá de las modas.
Me encanta que los alumnos sean horteras, me parece una personalidad tan respetable como en happening, el povera, el minimal o cualquier otra tendencia o actitud. Simplemente hay que decir algo, es lo que me parece más importante.
Los alumnos que se acercan a la enseñanza de la cerámica en la EMAO (Escuela Municipal de Artes y Oficios) son de una heterogeneidad muy grande, algo que defiendo. Me parece muy interesante que convivan personas que han estudiado Bellas Artes con ex funcionarios que siempre han mantenido una llama que ahora pueden desarrollar. Creo que todos debemos aprender de todos.
¿Cómo ves, desde dentro, el panorama y la calidad de la enseñanza en esta disciplina?
Hemos estado peor, debo decir. Pero le queda mucho porque no hay una infraestructura, ni docente ni post-docente; es decir, si me desplazo, por ejemplo, a Cataluña, encontraré gran cantidad de WorkShop, monográficos, concursos… y en Galicia apenas encontramos este tipo de oportunidades de absorción para los alumnos que acaban en la escuela. Yo estoy contento de poder poner mi granito de arena, cuando me dejan.
En la última asamblea que hemos tenido la Academia Internacional de Cerámica escuchando hablar a profesores de Mónaco o Suecia… realmente no tienes nada que aportar, es todo que aprender.
En Galicia solamente hay un centro donde obtener el título de técnico superior en cerámica artística y por lo que tengo entendido es bastante precario… Dejémoslo en que en la enseñanza se hace lo que se puede.
¿Cómo ves el futuro de la cerámica, como algo que está en plena efervescencia o como una forma de expresión que se encuentra estancada? ¿Ves a los nuevos ceramistas con ganas de innovar y salirse de lo convencional?
La cerámica no deja de ser una disciplina artística más. El momento del arte, la cultura y, por tanto, la cerámica, no es un momento para tirar cohetes. Pese a ello auguro un futuro bastante positivo, sobretodo porque hay ciertas zonas de la cerámica poco explotadas, como la cerámica y la función.
En España tenemos un problema, como la Revolución Industrial fue prácticamente inexistente, la alfarería tradicional ha llegado hasta nuestros días. Esto, por un lado es positivo ya que podemos contar con una deliciosa cerámica popular, pero, al mismo tiempo, ha sido lo único que ha habido en bastante tiempo. Esto ha llevado a que se asocie la cerámica a este tipo de formas tradicionales y que el ceramista quiera diferenciarse de ellas pasando al lado opuesto, la cerámica artística; olvidándose, desde mi punto de vista, de la cerámica función, el “Table Work” que dicen los anglosajones, el diseño.
Me parece una vía muy interesante de expresión y un camino a explotar que tenemos a diferencia de otros países Europeos donde ya se ha explotado esta vía.
¿Cómo percibes el mercado del arte en el actual momento de crisis? ¿Crees en un futuro positivo? ¿La gente seguirá comprando?
Yo creo que el arte vive actualmente una etapa de replanteamiento. La subvención hizo mucho daño, se trataba de un arte subvencionado por las instituciones, sin un mercado real de personas interesadas. Se había construido un entramado peligroso que ahora ha desaparecido, y esto ha afectado más de lo que parece. Ahora se necesita un mayor compromiso del artista con su obra, ya no hay dinero para generar proyectos babilónicos.
El momento en el que estamos es un momento de re-lectura y no nos queda más que aceptarlo así, es la realidad, la otra situación era irreal. Por otro lado la concibo como una etapa de rearme moral.
Existen varios momentos, el momento real de compra y el momento moral que debe vivir el propio artista como rearme de su propia identidad.
¿Para ti, la obra debe ser un objeto para ser observado a una determinada distancia y detrás de un cristal o debe ser algo con lo que pueda interactuar la gente?
Yo creo que “cada porco ten o seu San Martiño”. Cada obra requiere de una atmósfera, de una situación… Normalmente cuando haces algo estás pensando en esa atmósfera. A mi me gusta pensar en lo que va a rodear ese objeto, a veces aciertas y a veces no y te da pie a pensar.
Háblanos un poco de ti. Como nos cuenta Javier Buján en tu página web, eres “una rara combinación de albañil, alquimista y cocinero“, ¿Como lleva una persona de “Pitillo en la boca y cerveza en la mesa” lidiar con el, a veces, elitista “mundillo” del arte?
Es una relación de amor odio… pero nunca he tenido problemas. Trabajo un material complejo, periférico y nunca he tenido problemas con el resto de disciplinas o gestores culturales. Reconozco que si, el material a simple vista, como he comentado antes, tal vez por su pasado, tiene problemas.
Tal vez que otros personajes del mundo del arte, véase Barceló, Tapies, Anish Kapoor, Tony Cragg o Ai Weiwei, se acerquen a la cerámica, ayuda a normalizar la relación con el resto de disciplinas o materiales.
Puede que viva ajeno a estos problemas porque siempre me he movido con honradez, nunca he renunciado al material, el cual conozco y en el que me encuentro cómodo.
Actualmente tenemos en placer de poder disfrutar de tu obra en vivo con tu nueva exposición “Retroactivos” en el Halcón Milenario. ¿Cómo sabes cuando ya has completado una etapa o serie y es hora de sacarla a la luz?
Realmente no se si las series están acabadas o no. Lo que ahora expongo es una consecuencia de dos años de trabajo, 2012 y 2013, realmente no se sabe si la serie está acabada. Hay muchas series que he realizado con anterioridad que a veces pienso en acabar ya que no se si están acabadas.
El momento en que se exponen es un momento un tanto arbitrario, en el que te hacen una oferta y aceptas el reto. Quizás sea un acicate para acabarlas o evolucionarlas logrando algo más coherente de lo que haces día a día sin presión.
¿Qué nos puedes contar sobre aquella serie de la que tanto hemos podido leer llamada víricos? ¿Reflejaba esa “dulce patología que te obliga a crear impenitentemente.” como nos cuenta Alberto Andrés?
Es la última serie en la que estoy trabajando, desde el año 99, y no se si sigo atrapado o estoy saliendo, es un problema que el tiempo resolverá, no tengo la necesidad de resolverlo, mi única necesidad es la de trabajar.
¿Cada una de tus series o etapas creativas representan un momento de tu vida? ¿reflejan al Miguel Vázquez de una época concreta?
Tal vez sea el menos indicado para contestar a esta pregunta, simplemente cuando trabajo me empleo a fondo, intento dar todo lo que tengo en el momento, a veces no es mucho, pero intento pasármelo bien y disfrutar. Yo no vengo a sufrir ni a sentir que lo hago obligado. Tengo la suerte de poder comer de otra fuente, que es la enseñanza, de la cual disfruto plenamente, y de haber logrado resolver esa diatriba entre docente y productor tratando de compensar esas dos actitudes.
Viajando por tu obra encontramos algo que te identifica, la mezcla de materiales, mientras muchos se limitan a trabajar con la arcilla tú te complicas jugando con plástico, cristal o metal, entre otros ¿Se te queda pequeña la arcilla? ¿Veremos pronto en tu trabajo nuevas mezclas?
No se me quede pequeña la arcilla, tan solo tengo curiosidad en manipular otros materiales. Llegué a la cerámica de una manera azarosa y llego al resto de los materiales de la misma manera. Me gusta el mestizaje, la interacción… No necesito otro material para dignificar el barro, ni mucho menos.
A diferencia con épocas anteriores de mi obra en las que estaban más presentes otros materiales, en “Retroactivos” únicamente está presente un material que no es la cerámica, el plástico. Creo que es una necesidad del momento.
Sabemos que Retroactivos rescata ideas de propuestas anteriores y las mezcla con, lo que parecen ser, lenguajes venideros. ¿Si nos pasamos a ver la exposición podremos ver pinceladas del futuro de la obra de Miguel Vázquez?
Yo no se si retroactivos anuncia un futuro, el día a día lo dirá. El nombre de Retroactivos indica un tránsito, por un lado hace referencias a la serie vírica, pero por el otro deja una ventana abierta a lo que pueda venir.
En esta exposición están presentes una serie de propuestas que no se habían enseñado antes, como es el color. Una serie de elementos llamados “Serpeswall” una excusa para trabajar el color, otra serie llamada “Stonepapers” es una excusa para trabajar la línea.
Es una exposición que reúne muchos ingredientes primarios dentro de la plástica, como la línea, el color, el espacio, la imagen… La planteé desde esa perspectiva utilizando elementos pasados, lo bueno prevalece, y elementos nunca vistos.
También habrá una instalación, “Mutación vírica 3”, la tercera fase de un proyecto surgido en 2005. Esto me lleva a comprender que el trabajo puede evolucionar sin olvidar el proceso y la manipulación, lo que forma tu receta de trabajo.
¿Por qué nuestros lectores deben pasarse uno de estos viernes por el Halcón Milenario en Vigo?
Deben acercarse, en primer lugar, porque el Halcón Milenario es una propuesta distinta a lo que tenemos en Vigo, personas que apuestan por un espacio donde el dinero no tiene excesivo valor y la ilusión es el valor más importante.
Me han hecho esta propuesta, la he aceptado poniéndome al nivel de otras exposiciones en espacios con más “bombo y platillo”. Yo me lo he tomado muy en serio y me gustaría conocer las impresiones de la gente que acuda.
El pasado viernes acudimos a la inauguración de RETROACTIVOS, la nueva exposición de Miguel Vázquez y os traemos unas fotografías sobre el evento:
Podréis visitar la exposición el 22 y 29 de Noviembre y el 13 de Diciembre. De 20.30 a 23.30 en el Halcón Milenario, en Vigo.