Entrevista completa a Samthing Visual para CROA12

En CROA12 Celeste Conde nos deleitó con un fantástico reportaje titulado «El audiovisual en tiempos de crisis», para el cual entrevistó a cuatro jóvenes colectivos audiovisuales gallegos.

En el reportaje podréis conocer una optimista visión colectiva sobre la actualidad y el futuro del audiovisual gracias a los alegatos de estos cuatro grupos.

Pero, ¿quieres conocer los detalles previos a este reportaje?

Aquí os dejamos la entrevista que Celeste Conde les realizó a Samthing Visual para conocer su historia y sus opiniones sobre el tema.

 


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¿Cómo nace Samthing Visual? ¿Cuál es su historia?

Es una historia muy larga y difícil de contar que resumimos así alguna vez:

“Maguna de Argentina y Joe de Inlgaterra. Se conocieron en Galicia cuando eran niños, sus vidas tomaron caminos distintos, nunca mas supieron el uno del otro hasta que una cámara Super 8 cargada con 25 metros de película los volvió a juntar en el 2008 con 20 años”.

Podría decirse que por ahí empezó todo. Después de muchas aventuras juntos y creando un equipo de trabajo estable, el 18 de Octubre de 2012, dimos un paso hacia delante cargado de ilusión, constituimos la Asociación audiovisual Samthing Visual que actualmente definimos así:

Somos una asociación audiovisual creative commons. Diez personas, con ganas de enredar a muchas más, con un objetivo final común: hacer «cine» corran los tiempos que corran, con los medios de los que disponemos y dispondremos y con las herramientas de comunicación presentes con total libertad creativa.

¿Cuál es la filosofía con la que nace? ¿Y sus objetivos?

La asociación nace con la filosofía de cooperar en vez de competir, no es la fuerza, creatividad, esfuerzo, ilusión y entusiasmo de uno solo; es la de diez y muchos mas, todos enfocados hacia un camino y una meta común. Nuestro objetivo es la reunión del próximo Jueves (siempre nos vemos ese día para charlar). Pasitos pequeños, objetivos alcanzables que no desgasten nuestra forma de trabajar.

¿Quiénes formáis Samthing Visual?

Samthing Visual está formado por diez personas (acualmente dos en Holanda, uno en Brasil, uno en Madrid otro en A Coruña y cinco en Vigo) muy distintas con ganas de dedicarse a lo que les gusta. Somos una panda de granjeros con las botas puestas aprendiendo día a día a ordeñar vacas (luego lo entenderéis, esperamos).

Ahora, citaremos una frase que cada uno de nosotros escribió a modo de presentación personal, así la presentación será más distendida. Leer diez nombres y sus correspondientes estudios superiores con nombres larguísimos es un coñazo. Así que, ahí van: «Tiempo al tiempo y al reloj cuerda»; «Si viviésemos eternamente y fuésemos felices no habría literatura»; «La vida es sueño, y los sueños, sueños son»; «El silencio es el ruido más fuerte, quizás el más fuerte de los ruidos.»; «La risa es la mejor medicina… Excepto cuando tienes diarrea».; «No pienses con palabras, es mejor que procures ver la imagen»; “No hay problemas, sólo soluciones que aún no hemos encontrado.” Faltan tres ¿no?.

Estamos pasando momentos difíciles y la cultura también se resiente. ¿Cómo veis el futuro audiovisual aquí en Galicia? ¿Hacia dónde vamos?

Desde ya tenemos que generar otra forma de entender la producción cinematográfica de nuestro presente en busca de un plan de actuación realista y ajustable a nuestras condiciones, cambiar un sector tan complicado y sectario como el del cine es posible.

El sistema en el que vivimos y la formación estándar que recibimos nos lleva tapando los ojos algún tiempo negando cualquier movimiento artístico o creación que no suponga, desde un primer momento, maximizar el beneficio (económicamente hablando) independientemente del resultado final.

Por suerte, las cosas están cambiando rápidamente y aquel discurso se nos queda algo corto después de conocer diferentes y solidas propuestas en nuestro campo. La creciente democratización del medio y la situación de peligro de extinción que corre el sistema de distribución audiovisual tradicional nos ha hecho respirar y pensar mucho.

Buscar formas alternativas a esperar que nos caigan miles de euros (por no decir millones) del cielo para producir una película (que ni sabemos exactamente como funciona esa industria, que parece manejada por unos pocos)o a pedir un crédito o a esperar una subvención pública o privada que quizás nunca llegue e incluso desaparezca la opción de solicitarla en un periodo corto de tiempo.

Actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud, actitud y actitud.

Algo a tener en cuenta es el hecho de que están saliendo multitud de proyectos dentro del ámbito cultural como revistas, productoras, compañías teatrales… pero mucha de la gente que está en estos proyectos nuevos, también tiene su “otro” trabajo, que es el que le da el sueldo a final de mes ¿Tendremos, quizás, que acostumbrarnos a que sea algo, tal vez, permanente? ¿Se va a poder vivir de la cultura?

En este sentido, lo más productivo sería acostumbrarnos a esta dualidad entre trabajo de subsistencia y pasión personal rápidamente y valorarla como algo positivo. Si bien es cierto, como muchos de los que hoy están levantando este nuevo entramado cultural pueden confirmar, que esta división puede suponer un extra de exigencia, en cierto modo, podemos interpretar este fenómeno como un síntoma de la democratización cultural.

Me explico, la cultura, como la política, no es algo que debamos delegar en una minoría. Tradicionalmente, un pequeño grupo tenía el derecho o responsabilidad de crear un objeto con la exclusiva legitimidad de ser difundido como arte. En la mayoría de estos casos, este selecto clan de elegidos, amparándose en su exclusividad, eran los únicos que tenía la posibilidad de vivir de la cultura. Consecuentemente, unos pocos tenían la patente que llevaba a un monopolio – consciente o inconsciente – cultural.

Esta forma de entender algunos procesos y relaciones sociales está cada vez más caduca. No es necesaria la prolijidad creativa y aceptación crítica institucional para que el lienzo que el panadero lleva pintando desde hace años en sus ratos libres pueda ser considerado parte de un circuito cultural. Quizá, este panadero da vida a una forma más inocente, y por lo tanto más válida, de cultura. Como decía Dylan, “un poeta es aquel que no se llama a sí mismo poeta”.

En la actualidad, los más diversos campos de creación artística y difusión cultural han sufrido una revolución en varios niveles. Las plataformas han cambiado; las técnicas han cambiado; y los métodos de trabajo han cambiado. Esto nos lleva a un sistema de producción complejo, con sus pros y sus contras. Por ejemplo, el caso del cine es paradigmático. Por un lado, si queremos hacer una película, en este momento nos encontramos con una plataforma de visionado gratuita como Internet; cámaras en el mercado con una calidad más que aceptable a un precio asequible; y un nuevo método de trabajo basado en la colaboración social. Por otra parte, los más críticos con este nuevo modelo pueden afirmar, y con razón, que esta democratización puede traer consigo una creciente dificultad de obtener un beneficio económico de su talento. Y ni siquiera amparándonos en el más puro de los idealismos, podemos renegar de esta necesidad de amortizar el esfuerzo – mídase en tiempo o monedas – que requiere expresar el talento.

A pesar de esta última afirmación basada en una interpretación nacida en una zona más próxima al estómago que al corazón, me gustaría acabar mi respuesta con una metáfora para intentar responder a la pregunta de si se podrá vivir de la cultura. Es una imagen gráfica pero espero que aclaratoria. Imaginemos a la cultura como una vaca, si hasta ahora solo unos pocos tenían la posibilidad de ordeñarla para vender la leche a una mayoría, cada vez es más frecuente que esa mayoría acuda a beber directamente de las ubres del animal valiéndose de sus propias técnica de ordenamiento. Por lo tanto, sí se podrá vivir de la cultura y de una manera más directa.

Antes, los proyectos audiovisuales eran asumidos por una gran productora, que costeaba todos o casi todos los gastos…. ¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿Cuál es la manera de trabajar ahora?

Como ya comentamos anteriormente la democratización del medio quizás es lo que ha cambiado la forma de pensar y de actuar de muchas personas y colectivos dedicados al audiovisual. Habrá mil millones de maneras diferentes de trabajar y todas son válidas. Nosotros nos quedamos con una frase que rescatamos de un manifiesto que hablaba sobre el cine independiente cuya traducción al español publicó el blog de “El cosmonauta” hace un tiempo: “El enfoque de «tengo mi equipo, tengo mi visión, es mi proyecto» está siendo reemplazado por «todo el mundo puede ayudarme».

Curiosamente también define a la perfección uno de los proyectos que hemos creado después de darle muchas vueltas a la situación que vivimos actualmente. Ese es el camino, ese es nuestro camino.

Por otro lado, con el auge de las películas “amateurs”, con las web series, los cortometrajes en los que con pocos medios y poca gente se hace todo… ¿Creéis que hay sitio aún para las productoras?

Claro que sí.

El titular de un periódico hace unos meses decía lo siguiente: “El cine gallego no se detiene, aunque avanza a ralentí y a veces con demasiados tropiezos. Los sucesivos recortes en las ayudas al audiovisual, los retrasos en los cobros de las subvenciones concedidas y las dificultades a la hora de conseguir un préstamo para nuevos proyectos están poniendo al límite a un sector que ya busca otras estrategias para poder continuar produciendo. Las coproducciones son, desde hace tiempo, una de las vías para conseguir financiación, pero algunos hablan ya de crear redes para la producción y distribución. Los productores y directores gallegos siguen apostando por crear una industria audiovisual fuerte en Galicia.”

Quizás hay que seguir por ahí, pero tampoco observamos mucho movimiento en relación a las redes de producción y distribución actualmente. Lo importante es seguir buscando estrategias para sacar adelante todas nuestras ideas de la manera más eficiente y lógica posible.

¿En qué proyectos estáis metidos actualmente? (Explicadlos un poco).

– Estamos esperando la firma del contrato de cesión de uso por parte de dos de los cuatro propietarios del local que queremos poner en marcha en Vigo. Un local que actualmente se encuentra “abandonado”, sin este contrato no podemos llevar a cabo la idea que tenemos en mente para rehabilitarlo y darle el uso que queremos.

– En Octubre de 2012 presentamos al Ayuntamiento de Vigo la experiencia “Cine no barrio” con la intención de que financiasen parte del proyecto, a día de hoy seguimos esperando, sigue en pie la idea por parte de ellos, pero todavía no tenemos un “Sí” definitivo para celebrarlo. Como dicen por ahí “Las cosas de Palacio van despacio”

– Llevamos casi cinco meses construyendo el guión literario del que será nuestro próximo cortometraje que grabaremos a finales de Junio, principios de Julio y que estrenaremos en Octubre. Un proyecto que no sería posible sin el apoyo de la Fundación Igual Arte. Como primicia para Croa os adelantamos el título de este nuevo trabajo: “60-­‐85%”.

– Y por último, estamos generando todo el contenido para poner en marcha nuestra página web, algo que a priori parece fácil pero que, entre unas cosas y otras, no acabamos de definir del todo. Esperamos en breves tener una web en condiciones.

 

La experiencia CINE NO BARRIO

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Celeste Conde Gómez

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