Ana Fresco. Miradas literarias. Por José Moldes.

“…Cada fotografía es un recuerdo, y a la vez no hay nada que nos haga mas

conscientes de la fragilidad del tiempo, de su naturaleza perecedera y efímera.

Por ese motivo al abrir mi cámara, siento siempre la alegría de poder capturar

con ella el tiempo que pasa, y también la tristeza, porque pronunciadas estas palabras,

solo nos queda en mi mano un pedazo de papel tintado…”

RYSZARD KAPUSCINSKI

Vigo es una ciudad fascinante. Cuando las luces del atardecer juegan entre las calles, provocan escenas de luces y sombras, que animan a perderse entre los edificios señoriales y las calles empedradas. A los que nos gustan estas escenas, estamos encantados de recorrerla. Ya lo decía Navia “ el mundo maravilloso se despliega delante de nosotros y nosotros tenemos que seleccionar lo que nos interesa”. Siempre pienso en esta frase cuando se despliegan ante mí, cientos de imágenes que me obligan a recorrerla. Llegué por la circunvalación que Trascurre entre la calle Alfonso XIII y la elegante García Barbón. Desvié el coche en una dirección que dejara el caos de la calle a estas horas de la tarde. La gente está ansiosa por irse de sus lugares de trabajo, a sus casas, a tomar algo o dejar la city. Yo en cambio adoro esas horas en que la ciudad suda movimiento. Me encantan las ciudades con vida e historia. Bajé a la plaza de Compostela buscando la cafetería del Gran Hotel Nagari,  para buscar aparcamiento y encaminarme al lugar donde quedé con Ana para la entrevista. Quería que nos hablara de su pasión por la fotografía, por sus comienzos y sobre todo, de esos proyectos de futuro, que suponen un aire fresco en esta difícil disciplina hoy en día. En su caso, aportando material que haga disfrutar tanto al creador como al espectador. Fotografías que usan la imagen como metáfora, imágenes que tienen siempre un trasfondo literario. Proyectos que alimentan el juego lingüístico. Así es el trabajo de Ana Fresco.La cafetería del hotel empezaba a llenarse de gente ansiosa por hablar de todo, menos de trabajo. Cafés, Gins, cervezas. Alternativas a un día de semana frenético que provoca el desahogo en aquellos que llevan horas detrás de sus pantallas de ordenador. Sonaba muy buena música a través de los altavoces del local. Entre el ruido de las conversaciones de la gente, se dejaba escuchar la desgarradora voz de Tom Waits. Me apasiona este músico. Que mejor manera de disfrutarlo, estando en buena compañía.

Conozco a Ana Fresco ( Vigo 1973 ) desde hace algunos años, gracias a varias Expos en la que hemos coincidido. Tanto a nivel trabajo, como disfrutando yo de sus proyectos gracias a su poética visual. Ana es otra excelente fotógrafa salida de la cantera de la ciudad olívica. Aunque sus trabajos serios, van surgiendo a medida que madura creativamente con el tiempo, lleva en el mundo de la fotografía más de 6 años. Me interesaba que nos hablara de esa mirada tan profunda y elegante que tiene, que nos hablara de los fotógrafos que influyeron e influyen en su trabajo, pero sobre todo que nos hablara de como elabora y busca los proyectos, con los cuales nos sorprende año tras año, y consigue que esté unida a ese grupo selecto de las grandes fotógrafas gallegas que siempre nos sorprenden con sus nuevos trabajos.

Aunque mostró interés desde pequeña por la imagen, no fue hasta hace bien poco cuando empezó a usar la fotografía como medio de expresión. En el año 2012 realiza su primera exposición y continua trabajando con la imagen en la actualidad en diversas muestras y audiovisuales ( 2013 Pazo de Torrado, 2014, Festival Visións na Coruña, Muestra en la Alcaldía de Vigo, 2015 Muestra EclectiCidade en la Casa das Artes de Vigo, Sección Oficial del Outono fotográfico en la Galería Sargadelos de Vigo), entre otras cosas, compaginando charlas y participando en varias publicaciones.

Como comentaba antes, su aproximación a la fotografía fue cuando era pequeña. En el colegio tenía una asignatura llamada “imagen”, con la cual estudiaban historia de la fotografía, del cine…, informaciones que despertaron su interés por esta disciplina. Siempre le había fascinado que le contaran historias, así que su actividad profesional está ligada a la literatura. La fotografía volvió hace poco, pero como dice ella, “se instaló cómodamente en mi casa y creo que ya no la desalojo”.

El interés por este arte, también fue provocado por la afición de sus padres a la literatura, lo que motivaba tener una buena biblioteca en su casa con un apartado dedicado a la fotografía. En sus recuerdos, le vienen a la memoria la contemplación de esos libros de fotos y fotogramas de películas en blanco y negro, casi sin saber que es cine y que fotografía. Fueron entonces muchos maestros de fotografía los que le impresionaron, en sus inicios, no recordando ninguno en especial, por esa grandísima información que le suministraban esos maravillosos  libros que repasaba una y otra vez en el domicilio familiar. Hoy en día lo tiene claro. Muchos, me recuerda, pero sobre todo, aquellos que tienen una mirada profunda. Nan Goldin, Plossu, Sally Mann, Rimko Kawauchi, Rineke Dijdstra…, grandes maestros con esa particular visión del mundo, de contar historias, historia profundas, personales, que le ayudan a plantearse esa visión que tiene de la fotografía, “…buscar respuestas a cuestiones que me llevo planteando toda la vida, a preguntas que me atormentan… quizá buscando también esa parte terapéutica que me proporciona”. En sus trabajos o proyectos, intenta asociar la literatura a su mirada fotográfica. Busca aquella fotografía en la que tiene algún texto previo sobre el que trabajar. Le encanta el trabajo anterior a la toma. Es bastante obsesiva con eso, así que suele liarse mucho buscando información, leyendo, indagando. Por eso a la hora de saber si tiene claro la idea antes de tomar la foto o se aclara con el proceso creativo, es tajante.” Depende del proyecto. Hay proyectos que nacen de una imagen ya tomada, y otras veces nacen de una idea, una preocupación vital o un encargo”. Le gusta también que la imagen trasmita tanto emoción como idea. Cree que no son excluyentes. Lo que tiene claro que es la fotografía deja de ser suya en cuanto la enseña.

A través del cristal de la cafetería, se observa la ciudad en penumbra. El atardecer deja lugar a las sombras de la noche. Las luces de la ciudad todavía no están encendidas. El tráfico se reduce. La gente no obstruye las aceras. La ciudad trasmite sosiego. La pareja que estaba al lado de nuestra mesa se levanta. El chico cierra el libro que estaba disfrutando. Curioseo el título. “Galveston” de Nic Pizzolatto. Maravilloso debut literario para el creador y guionista de una serie que me encantó, “True Detective”. Mientras volvemos a la conversación suena el tema principal de la banda sonora de la película Paris-Texas compuesta por Ry Cooder.

Queda poco para terminar la entrevista. Le pregunto por una información que siempre me interesa conocer en el trabajo creativo de un fotógrafo. ¿Que rasgo de una escena puede conquistar su mirada fotográfica?. Medita la respuesta, mientras apura el último sorbo de la cerveza. Responde de manera sencilla pero plena de interés. “si pudiera explicarlo dejaría de buscarlo. No podría contestar nada concreto…porque dejaría de fotografiar si lo supiera.”. En relación con el color o blanco y negro, la respuesta es similar, dependiendo para que y porqué.

 

“Una buena foto es aquella que no puedes quitarte de la cabeza,

La que se te queda en la retina y puedes evocar tiempo después de haberla visto”.

 

Ya para terminar, hablamos sobre proyectos de futuro. Tiene uno que pretendía terminar “ A viaxe de Alicia “, una seria narrativa donde la autora reflexiona sobre la memoria y sobre la construcción de identidad, profundizando en vivencias de la propia niñez, pero como recuerda, cree que le va a acompañar durante mucho tiempo. El 8 de Octubre presentó la primera parte de este viaje, en “O Garaxe_o faiado” de Riveira ( A Coruña ). Está comenzando otro, del que no puede hablar, pero que está disfrutando mucho. Ideas no le faltan, lo que le falta, es tiempo. No quiere agobiarse. Solo disfrutar y que disfrutemos. El trabajo que me trae para acompañar la entrevista es un proyecto que nunca terminó pero que algún día espera retomar. Se titula “ La piel desordenada “ un “alter ego”, en el cual a través de la chica que aparece, va contando una doble vida, una vida soñada, distinta a la real. Como nos recuerda, una vez que expone las fotos, dejan de ser de ella. Pero siempre tiene el interés por las lecturas que hagamos, distintas a la original. A sus Miradas, a sus Miradas profundas y literarias…

José Moldes

José Moldes, Tui Pontevedra (1967) inició su andadura fotográfica en el año 1995. Su obra es un reflejo de su mundo interior, donde intenta mostrar imágenes que nos hablan de ausencias, de la soledad, el hombre y los objetos en lo cotidiano a la luz de un día cualquiera. Urbanita antes que paisajista, busca la figura humana, melancólica, contemplativa, en el inmenso paisaje que le rodea. “Su mirada es avariciosa, quiere atesorar cada rincón, cada rayo de luz, cada destello en otros ojos…, mil detalles a la vuelta de cada esquina. La fotografía que propone, solo muestra, no dice ni explica. Es una propuesta filosófica antes que estética. Cualquier interpretación supondrá una mirada nueva, otra propuesta, que no está, ni necesita estar, en la fotografía original“. Antonio Romero Seguín, es escritor. Colabora con la revista de divulgación cultural Croa Magazine, con entrevistas a fotógrafos y artistas gráficos. Realizó exposiciones en Galicia, Extremadura, Porto ( Portugal ). Participó en el Festival Visións na Coruña 2016. Actualmente trabaja en dos proyectos que verán la luz durante el año 2018.

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