Micromece… qué? ¡Micromecenazgo!

Hace cinco años nacía Verkami, una plataforma de crowdfunding orientada a sacar adelante proyectos creativos en una España que desconocía, en su mayoría, qué era y para qué servía el micromecenazgo. Verkami, recuerda Jonàs Sala, uno de sus fundadores, “empezó con tres portátiles en el comedor del piso de nuestra abuela. Un padre y dos hijos, un biólogo, un físico y un historiador del arte que compartimos la pasión por el arte y la creatividad a pesar de nuestros backgrounds distintos. Vimos que estaba empezando el fenómeno del crowdfunding en Estados Unidos, y nos interesaba muchísimo como posibilitador de nuevas iniciativas culturales, como nueva forma de participar con la cultura, y de poder hacer realidad y conseguir cosas exclusivas de los artistas y creadores que admirábamos. Por eso decidimos crear esta plataforma que sirviera a los creadores de nuestro país y cualquier parte del mundo para que pudieran hacer realidad sus proyectos con la complicidad de su público. Y nosotros formar parte de toda esta revolución y trabajar codo con codo con ellos”.

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Hoy en día hay más de 50 empresas dentro del sector, con todas sus variantes (lending crowdfunding, equity crowdfunding…) y una recaudación en auge en la que, por poner un ejemplo, tan solo en 2014 se consiguió reunir en torno a los 62 millones de euros.

Pero, ¿a qué se debe su gran éxito? Jonàs lo tiene claro: “La capacidad de generar comunidad alrededor de una propuesta que aún no existe, de darla a conocer, de ampliar el público potencial, de crear vínculos más cercanos con el público… en definitiva, un montón de intangibles que consideramos que pueden llegar a ser incluso más valiosos que la financiación que se consiga”. A su vez, Roberto Touza, fundador de Youdoido, una empresa de reciente creación, nos dice que su poder, “está ligado a nuestra condición humana, y ayudar forma parte de ella, ese es el poder: que yo te puedo ayudar a ti y tú me puedes ayudar a mí”.

Hay que tener en cuenta que el nacimiento en España de este nuevo paradigma está ligado al  cierre de las puertas del crédito de los bancos, así que, gracias a esta financiación colectiva, se abría la posibilidad de que cualquier persona que quisiese sacar una idea adelante, pudiese. El primer proyecto que consiguió financiarse en España a través de la plataforma Verkami fue nada menos que un documental: La Sonrisa del Nómada, en donde un clown recorre distintas zonas de Mongolia, India y Nepal con su bicicleta y su nariz roja. ¿Resultado? 2.595€ conseguidos y 3 verkamis más realizados con éxito.

A partir de ahí, es un no parar: Brigada, de Enrique Fernández, es el primer comic auto gestionado en alcanzar, gracias a la financiación colectiva, los 50.000 € en Europa; Stockholm, la primera película financiada a través del crowdfunding que gana un Goya y hasta nuestro Pedro J. Ramírez se animó a crear un diario online, ‘El Español’ (oh, sí) con el llamado equity crowdfunding como protagonista. Finalmente consiguió 3.606.000 millones de euros, coronándose como el periódico que más crédito obtuvo y como proyecto de crowdfunding que más recaudación alcanzó dentro de España.

Si nos vamos a nivel mundial, los ojos se nos salen de las órbitas viendo que Star Citizen, un videojuego de simulación espacial, llegó a la friolera de 109.905.310 millones de dólares recaudados desde 2012 hasta la fecha.

A pesar de todo esto, del gran auge que está viviendo el micromecenazgo, no nos olvidemos de que ha existido toda la vida. Siempre hay y habrá gente con dinero dispuesto a apoyar a gente con ideas y de hecho, la palabra ‘mecenas’ se remonta al 70 a.c, año en el que nació Cayo Clinio Mecenas y quien se dedicó a proteger a poetas para que ensalzasen en sus obras al futuro césar (César Augusto) e impulsar así su carrera política. Todos recordamos también a la familia Medici, de Florencia, grandes mecenas del Renacimiento y, en épocas más actuales, en concreto en 1885, se recurrió a la donación popular para finalizar el pedestal sobre el que descansa la Estatua de la Libertad.

Aterrizando de nuevo en  España, Roberto Touza considera que el crowdfunding tiene mucho camino que recorrer todavía y afirma que “este tipo de financiación es un concepto relativamente nuevo. Sin duda, es una tendencia que ha venido para quedarse y, aunque la economía colaborativa siempre ha existido, gracias a la red, se le ha dado un nuevo empujón”. Jonàs Sala, por su parte, opina que el crowdfunding “se está consolidando, especializando y diversificando”.

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Con aún mucho camino por andar, en estos terrenos de la financiación colectiva, nos quedamos con las palabras de Roberto, que nos explica la meta de Youdoido: “Solo vivimos una vez en este mundo, no podemos dejar pasar la oportunidad de que cada uno de nosotros haya vivido sin miedos y haya tenido al menos la oportunidad de poder luchar por hacer sus sueños realidad. Y Youdoido quiere ayudar a que esto se haga realidad”.

TIPOS DE CROWDFUNDING

Crowdfunding de recompensa (Reward Based Crowdfunding): Es el crowdfunding en el que se ofrece una recompensa como contra prestación a las aportaciones recibidas y es, sin lugar a dudas, el más extendido de entre todas las variantes de financiación colectiva.

Crowdfunding de inversión (Equity Based Crowdfunding): Este tipo de financiación es el que usó tan sabiamente Pedro J. Ramírez para poder llevar a cabo su proyecto de periódico online. Se trata de ofrecer, como contra prestación a las aportaciones recibidas, una acción o una participación de la empresa y los micro inversores pasan de esta manera, a formar parte de ella.

Crowdfunding de préstamo (Lending Based Crowdfunding): Aquí el dinero prestado es devuelto a un tipo de interés concreto y en unos plazos prefijados.

Crowdfunding de donación (Donation Based Crowdfunding): Con un fin humanitario, en la donación no se recibe ningún tipo de contrapartida a la aportación dada.

Celeste Conde Gómez

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